Angelina Méndez toma agua hervida para no sentir el el dolor de estómago que causa el hambre. Ella y su familia han pasado hasta 48 horas sin comer, porque cada día enfrenta una verdadera batalla para conseguir, al menos, un par de tortillas con sal que meterse a la boca. No es que no quieran comprar otra cosa, es que es para lo único que les alcanza. Su día comienza a las 4 de la mañana; se levanta para tomar un conjunto de hilos de palma seca con los que teje de 2 a 3 sombreros al día lo más rápido que puede. Quien se los compra, le da sólo 5 pesos por cada uno, con lo que nada más le alcanza para 2 cosas: más hilo de palma seca con el que teje más sombreros, y un poco de maíz con sal.
México es el país de las desigualdades, en el que los mexicanos más acaudalados (el 1% de la población) concentran el 43% del total de la riqueza, mientras que 55.3 millones de personas tienen que elegir entre alimentarse a sí mismas o alimentar a su familia.
Para darle luz a las historias de las personas que viven en pobreza extrema, como Angelina, Oxfam México , el colectivo de cronistas iberoamericanos Cuadernos Doble Raya y Ojos de Perro vs la Impunidad A.C., con el impulso de Editorial Planeta, presentan el proyecto periodístico: “Los 12 mexicanos más pobres. El lado B de la lista de millonarios”, que narra la vida de cada una de estas personas –con nombre y apellido–, que sufren las peores consecuencias de la desigualdad.
¿Podemos construir un mundo más justo para que las personas tengan acceso a una vida digna?
La pobreza en México no es normal ni es inevitable. #12MasPobresMX