En la actualidad, en pleno contexto de implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y de los esfuerzos nacionales e internacionales por alcanzar las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la importancia de la cooperación Sur-Sur (CSS) resalta como medio de implementación y como modalidad colaborativa que puede favorecer el involucramiento directo de los países en desarrollo en actividades a favor de los ODS y del resto de sus prioridades nacionales de desarrollo en conjunto con otros socios del Sur global.

Por esto, resulta importante la elaboración de análisis que contribuyan a un mejor conocimiento y a la generación de mayor evidencia empírica sobre la CSS y que a través de esto puedan contribuir a la identificación de los factores que favorecen su eficacia en el logro de resultados de desarrollo y de las áreas de oportunidad que obstaculizan sus potencialidades.

En este contexto, la cooperación ofertada por países emergentes como Mé- xico, de gran valor para sus socios prioritarios en Centroamérica y el Caribe pero también en el resto de América Latina, resulta interesante de explorar debido a la falta de mayores estudios sobre el estado general de su sis- tema nacional de cooperación internacional para el desarrollo (CID) y de su oferta de CSS, así como de estudios de caso sobre la colaboración en la que incursiona el país con sus principales socios de la región.

Dichos trabajos académicos resultan importantes en el camino por ofrecer una mayor evi- dencia empírica sobre lo que está haciendo México como proveedor de CSS y sobre la eficacia y calidad de sus esfuerzos, con miras a alentar ejerci– cios de reflexión que puedan informar el trabajo de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), aún en proceso de consolidación de varios de los pilares del sistema de CID mexicano que des- cansan bajo su responsabilidad.