Caminar por las calles de la zona alta de Tlalpan implica sortear grandes botes metálicos de muchos colores, llenos de agua, vacíos o a la mitad.
Las avenidas principales están repletas de tambos marcados con plumón o calcomanías: Belem, Belem 1, Martín, Martín 3, Francisco, Estrella 3. En cada uno descansa una manguera que se va desperdigando por las calles, arriba de las construcciones y entre los árboles hasta llegar a las casas. Como un sistema circulatorio que bombea la vida.
Así se distribuye el agua en Tlalpan, la delegación de la Ciudad de México (CDMX) con la mayor cantidad de casas sin conexión a la red de agua potable. Cada semana pasa la pipa y llena todos los botes para abastecer a casi 400 mil habitantes que reciben agua por tandeo.
Una solución al alcance de todxs
La CDMX está al borde de una crisis del agua (1), las autoridades locales lo saben y lo dicen.
Se necesitan alternativas y una de ellas es la captación de agua de lluvia, que es una opción ideal en regiones con sequía prolongada o sin red hidráulica, pero también en zonas donde el agua escasea y es urgente reducir la extracción del líquido del subsuelo para detener el impacto ambiental que conlleva.
La organización Isla Urbana conoce bien esta solución y con el tlaloque –producto de su creación y el primero de su tipo en México- impulsan la captación, separación y aprovechamiento de agua de lluvia en el país.
En el marco del proyecto “Promoviendo el Acceso Equitativo al Agua en México”, Isla Urbana y Oxfam México están mejorando vidas y cultivando el cuidado y el amor al agua en la CDMX.
Gracias a la lluvia hay clases
El esfuerzo de este Proyecto empieza en Tlalpan. “Nueve escuelas contarán con un tlaloque porque consideramos que los niños son los agentes más fuertes para tomar conciencia de la escasez del agua”, explicó Delfín Montañana, coordinador de Programas de Educación Ambiental de Isla Urbana, “con ellos y los maestros trabajamos en el tema de la captación, porque al final son los niños los que sufrirán en un futuro la carencia del líquido”.
Con este sistema (2), las escuelas pueden prescindir del abastecimiento con pipas durante al menos seis meses. La primaria Profr. Agustín Banda Sevilla, en San Ignacio, es la primera en tenerlo.
“Hubo un día que suspendimos las clases porque no teníamos agua”, dijo Quetzalcóatl Borja, director de la escuela, “pero eso fue antes de tener el tlaloque”.
Hoy, gracias a este sistema, los alumnos de la escuela no sufren por el desabasto del agua, ya que el tlaloque capta hasta 550 mil litros de agua anuales, lo que se traduce en hasta 500 tinacos domésticos llenos y que representan un ahorro de hasta 12 mil pesos al año en pipas.
Se terminaron las peleas
La calle que dirige a las casas de Elena Cruz y Silvia Ávila ha sido escenario de peleas entre vecinos a causa del agua.
“La cosa se ponía fea”, recuerda Elena, quien comparte un tlaloque con su vecina Silvia desde hace seis años, cuando Isla Urbana llegó a Quiltepec. Esto les cambió la vida por completo, ya que antes tenían que cuidar las mangueras que abastecían de agua sus casas hasta un día entero para evitar que los vecinos se robaran el líquido.
“El ahorro que obtenemos es para la vida diaria”, dijo Silvia. Ahora, el agua con la que lavan la ropa, se bañan, limpian los patios, dan de beber a sus animales y riegan las plantas, la obtienen de la lluvia.
Las discusiones con los vecinos, los baños en casas de sus familiares en otro poblado lejano y el correteo tras las pipas se ha acabado.
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Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor o autora y no necesariamente reflejan la postura oficial de Oxfam México
(1) https://www.nytimes.com/es/interactive/ciudad-de-mexico-al-borde-de-una-crisis-por-el-agua/
(2) http://islaurbana.org/project/escuelas/