Un año más se termina y es el momento ideal para reflexionar sobre nuestras acciones; lo que hicimos y lo que dejamos de hacer. Sobre nuestros deseos; lo que añoramos desde hace tiempo y los nuevos sueños.
Con el fin de un año casi todxs nos volvemos más reflexivxs, más motivadxs y con ganas de hacer algo distinto por lxs demás, por el país, por nosotrxs mismxs o por el mundo donde vivimos.No es una regla ni tampoco una obligación, pero al final se nos puede antojar comenzar el año con más ganas de construir un mundo mejor que el que tenemos ahora.
¿Cuántas veces en este año nos hemos preguntado si pudiéramos contribuir en algo para que en este país hubiera menos corrupción o para que los gobiernos funcionaran mejor?, ¿cuántos días u horas dedicamos en el año que termina a realizar una acción por otrxs, cercanxs, lejanxs o, incluso, por unx desconocidx?, ¿hicimos lo suficiente durante el terremoto del 19S?, ¿estamos conscientes de lo que requiere nuestro país de nosotrxs?, ¿cuidamos y protegemos nuestro planeta con el respeto y la urgencia que nos merece?
Más allá de que las respuestas a estas y otras preguntas similares sean “negativas” o “positivas”, todxs siempre podremos hacer algo más. En este mundo, y para no ir más lejos, en este país, en nuestra ciudad, en nuestra colonia, a veces las cosas están muy mal y esa es una oportunidad para nosotrxs.
No sólo por ser Navidad o porque empieza un nuevo año tendríamos que pensar en hacer algo distinto, pero es cierto que podemos aprovechar las sentimientos de amor, de júbilo; el entusiasmo de los finales y los principios; las emociones de las fiestas, los regalos y las posadas para preguntarnos si podemos hacer más para mejorar las cosas en este país, para construir un mundo más justo, más equitativo, más respetuoso con todas las formas de vida.
Un lugar donde las cosas funcionen mejor para todxs. Y tú, ¿ya tienes tu lista de deseos?
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