Fecha de publicación: 03/06/2016
La semana pasada tuve la oportunidad de visitar con el equipo de Oxfam la zona de la respuesta humanitaria en Ecuador. A un mes después del terremoto era un momento clave, ya que pasamos de la respuesta inicial a la implementación de la estrategia acordada para los próximos meses. Ha habido más de 1,600 réplicas, incluyendo otro sismo de 6.8 grados que se sintió esa semana, generando mayor trauma para una población llevada al límite por el terremoto del 16 de abril. Muchas personas pasan la noche acampando en sus jardines por temor de nuevos temblores, y hay campamentos improvisados en parques y en los bordes de carreteras. Las familias que habían comenzado a abandonar los campamentos establecidos por el gobierno han regresado. Visité las ciudades de Pedernales, Jama y Canoa y la “zona cero” en la capital de la provincia de Manabí, Portoviejo, donde tiene su sede la oficina de operaciones de Oxfam.
Oxfam ha sido muy rápido para responder en el suministro de agua, alcanzando ya 43.000 beneficiarios. Manuel Bedrán, ingeniero de agua, y veterano de operaciones complejas como la de Irak, me decía que era en su experiencia la respuesta más rápida que ha visto. La estrategia principal, aún antes de completar la evaluación de necesidades fue de proporcionar una reparación rápida a los sistemas de agua existentes en las ciudades, con la instalación de tuberías, la habilitación de nuevos pozos, e instalación de bombas, en coordinación con la Secretaria Nacional de Agua (SENAGUA) y las autoridades municipales. Los sistemas de agua se dañaron con el sismo pero eran reparables. Este enfoque ha permitido una respuesta inmediata de alto impacto, a un bajo costo. Manuel y Desiree Marin, otra ingeniera ecuatoriana experta en agua, lograron abrir las puertas en términos políticos en un gobierno receloso de las actividades de las ONGs internacionales. Compramos materiales localmente y en menos de una semana se había enviado más de dos toneladas de equipo para agua que pudo ser utilizado en la primera respuesta en las ciudades y en las áreas peri-urbanas alrededor de Pedernales, donde 22 puntos de agua han sido instalados, lo que permite el acceso al agua para las comunidades más pobres.
Ha sido sorprendente ver como se ha llevado a cabo una masiva limpieza de escombros, y poco a poco, en las ciudades la actividad económica normal ha regresado. Supermercados, tiendas, bancos, restaurantes y puestos de mercado informales están abiertos, con el telón de fondo de los edificios destruidos. Los frentes de playa y las comunidades pesqueras están activos. Las escuelas han retomado actividades, y en las que hubo afectaciones se han instalado albergues con el apoyo de UNICEF.
El principal problema va a ser el acceso a la vivienda que requerirá un programa de reconstrucción a gran escala. El gobierno está ofreciendo créditos e incentivos a las familias que acojan a otras personas mientras que se construyen nuevas casas. Muchas personas que quedaron sin hogar son reacias a aceptar esta solución, temiendo que una vivienda definitiva podría no llegar nunca. En el campamento en Portoviejo hasta un 80% de las personas (un poco más de 800 personas) habitaban viviendas alquiladas y por tanto no son los propietarios de las casas que fueron destruidas. El gobierno está ofreciendo créditos a bajo interés o sin intereses para construir casas. Más de 5.000 edificios han sido destruidos. La respuesta tiene el trasfondo político de las elecciones presidenciales el próximo año, a las que el presidente Correa no puede presentarse. La gestión de la respuesta será la clave para la suerte electoral. Hasta ahora, parece que el ejército, y diferentes autoridades gubernamentales están respondiendo bien.
Después de un mes de acción sin parar del equipo Oxfam, la respuesta se está moviendo hacia la implementación de una estrategia más estructurada y planificada, con el compromiso de donantes identificados y confirmados. El principal reto de Oxfam ha sido definir la escala y el alcance de la intervención. ¿Deberíamos haber ido más allá? ¿Abarcado más sectores o más comunidades? Creo que hemos atinado, teniendo en cuenta el contexto en el país. Hemos decidido enfocar la respuesta a una intervención de emergencia en Agua, Saneamiento e Higiene, con un mayor énfasis en el desarrollo de las capacidades locales. Este sector es donde Oxfam tiene un claro valor añadido y esa fue la primera necesidad identificada en los primeros días después de la primera evaluación. Oxfam ha respondido donde se encuentra la necesidad real.