Montada en su bicicleta, con el rostro cubierto con un pañuelo negro que lleva impresa una representación del aparato reproductor femenino, “Joss The Boss” recorre las calles del este de Los Ángeles flanqueada sólo por mujeres. La activista, miembro del colectivo feminista Ovarian Psycos, visitó la Ciudad de México para acudir a la proyección del documental que retrata la labor de este grupo de ciclistas urbanas.
¿Qué es Ovarian Psycos?
Somos un colectivo conformado actualmente por siete mujeres de color (cinco méxico-americanas y dos con raíces centroamericanas) del barrio de Boyle Heights en el Este de Los Ángeles. Organizamos rodadas específicamente para mujeres y personas que se identifican como mujeres y cada rodada está centrada en una lucha social para impulsar un cambio en nuestra comunidad.
¿Qué reclaman? ¿Por qué luchan?
Las últimas que hemos tenido han sido vigilias por las afro-transgénero de la comunidad, también organizamos una rodada por las tres mujeres que fueron encontradas sin vida en la carretera y ahorita también traemos muy fuerte el tema del desalojo por la getrificación.
¿Por qué restringen las rodadas sólo a mujeres de color?
Consideramos que el patriarcado y la supremacía blanca están activamente tratando de eliminarnos como mujeres de color y lo vemos en varias instituciones, en las escuelas, en las iglesias, en los hospitales, con la policía, el gobierno, etcétera. Nos identificamos como personas de color, del color de la tierra, y estamos generando espacios exclusivos para nosotras porque las personas blancas tienen sus espacios y sus derechos garantizados, nosotras no, por eso estamos peleando.
¿Cuál es el mayor logro que han tenido?
Yo creo que nuestro logro principal es nuestro espacio comunitario, es un espacio autónomo que se llama La Conxa, donde varias organizaciones aliadas tienen eventos y ofrecen recursos. Ahorita con el nuevo presidente Trump hay mucho temor por el tema de las deportaciones y en La Conxa estamos ofreciendo recursos acerca de los derechos de los migrantes, pero no sólo damos el panfleto sino además tenemos talleres porque hay personas en la comunidad que no saben leer ni escribir.
¿Cómo empodera a las mujeres el hecho de andar en bicicleta
En mi caso, por ejemplo, mi mamá casi me forzó a aprender a andar en bicicleta desde que estaba muy pequeña y muchos años después me contó que lo hizo porque cuando ella quiso usar la bicicleta la pararon inmediatamente, un tío le dijo algo como “es que andas de caliente y por eso quieres andar en bici”. De hecho muchas mujeres de nuestra comunidad vienen de familias tradicionales que piensan que andar montadas en la bici no es algo normal, que andar con shorts en una bicicleta no es algo normal. Nosotras hemos tirado esos conceptos y ahora ver a chicas en bicicleta en Boyle Heights es cada vez más común, y no sólo a mujeres jóvenes, sino también a adultas.
¿Cuál es su propuesta para combatir el acoso callejero que sufren las mujeres ciclistas?
Lo que hacemos nosotras es no quedarnos calladas, si nos dicen algo, nosotras les gritamos de vuelta. Además generamos muchos diálogos acerca del patriarcado y el machismo, y cómo afectan a las mujeres pero a los hombres también. De poco en poco tenemos que ir generando educación y conciencia para que se respete a la mujer, se necesita mucha educación popular, muchos diálogos con la comunidad acerca de estos problemas tan graves.