En México, los hombres dedican en promedio 4 horas menos que las mujeres al trabajo no remunerado de cuidados, y las personas de hogares con ingresos más altos dedican menos horas a este trabajo que las de hogares con ingresos más bajos. Creemos que es necesario impulsar una agenda de política pública para avanzar hacia un nuevo pacto social con mayor igualdad de opciones de vida entre mujeres y hombres, y entre mujeres de distintos contextos y características.
El trabajo de cuidados no remunerado como el trabajo del ho- gar remunerado precario representan ejes fundamentales de reproduc- ción y profundización de la desigualdad de opciones de vida que existe en México, tanto entre mujeres y hombres, como entre mujeres de distin- tos contextos y características. Además, uno depende del otro y ambos deben ser resueltos de manera equitativa para poder construir un país más justo desde su propia raíz. Un ejemplo de esto son las mujeres mi- grantes de origen indígena que, además de hacerse cargo de su hogar y familia, ofrecen sus servicios de cuidado de manera informal en contex- tos urbanos a la población con más recursos.
Para que este proyecto sea viable es funda- mental responder a la irresuelta pregunta en torno a qué es el cuidado y qué significa cuidar en México, con el propósito de construir nuevos consensos sociales que permitan conformar sociedades y sociabilida- des más democráticas.
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Trabajo de cuidados y desigualdad