Oxfam ve con preocupación las consecuencias que la crisis política, social y económica de Venezuela está teniendo para su población. Esta situación será agravada si no se detiene la confrontación y agudización de la violencia y no se encuentra una salida negociada.
Toda solución duradera a los desafíos que actualmente enfrenta Venezuela, pasa por el restablecimiento de los canales de diálogo entre Gobierno, oposición y otros actores sociales para llegar a una salida negociada. Solo así se logrará una institucionalidad viable y reconocida por la comunidad internacional.
La prioridad debe ser la atención de la población más vulnerable, que está viéndose gravemente afectada en sus necesidades más básicas. Llamamos de forma urgente a reestablecer las condiciones para el ejercicio pleno de sus derechos.
Instamos al gobierno de Venezuela a cumplir efectivamente su rol como garante de los derechos humanos de toda la población y condenamos todo uso de la fuerza y violencia.
Llamamos también a las organizaciones de oposición al Gobierno a cesar toda acción violenta y promover una solución dialogada al conflicto.
Es responsabilidad únicamente del pueblo venezolano definir la solución a sus propios problemas. La comunidad internacional puede contribuir a propiciar acercamientos entre actores enfrentados y promover una actitud más tendente al diálogo, pero sin sanciones ni búsqueda de intereses ajenos, ni intervención militar que podría agudizar el sufrimiento de la población y expandir la actual crisis a dimensiones regionales.
Oxfam confia en la capacidad de los distintos actores politicos y sociales venezolanos para encontrar las rutas de una solución al conflicto que garantice los derechos básicos, civiles y políticos de toda la población.
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