Desde Oxfam México, saludamos la toma de posesión del Ciudadano Andrés Manuel López Obrador como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, como resultado del proceso democrático del 1o de julio.
La lucha contra la desigualdad y las asimetrías injustas de poder son la razón de ser de Oxfam México. Se encuentran en el centro de nuestra misión y guían nuestras acciones. En el pasado, los gobiernos mexicanos no han dado la suficiente relevancia a esta agenda y el resultado ha sido un país en el que muchas personas no tienen nada y ven negados sus derechos, mientras unas cuantas personas poseen demasiado y tienen el poder de configurar las reglas del juego en beneficio propio.
Vemos positivamente que la entrante administración haya hecho de la lucha contra la desigualdad, un elemento central de su agenda de política pública. Compartimos el diagnóstico. Sin embargo, asumir la lucha contra la desigualdad requiere más que un cambio de narrativa.
En los 10 años que tenemos trabajando en México, con organizaciones campesinas, indígenas, de mujeres y jóvenes; hemos visto de primera mano que la lucha contra la desigualdad requiere la inclusión y la participación de aquellas personas que se encuentran más excluidas. Requiere de acciones para transparentar y fortalecer las instituciones, hacer equitativo el sistema tributario fiscal, proteger y ampliar los derechos de las comunidades indígenas y grupos discriminados, reconocer y remunerar el trabajo que hacen las mujeres, dejar de criminalizar el disenso y la defensa de los derechos, ampliar y robustecer el espacio cívico que ocupamos todas las personas.
Un México sin desigualdad requiere acciones que propicien el diálogo inclusivo y transparente, el fortalecimiento de las instituciones y el Estado de Derecho y una prensa libre. Un espacio cívico amplio y diverso es, además, un elemento fundamental para la participación equitativa en procesos democráticos.
Al ser parte de un movimiento global en 94 países, haremos eco internacional cuando sea necesario amplificar las voces de personas jóvenes, mujeres y comunidades indígenas que quieran ser escuchadas.
Oxfam se caracteriza, en México y en el mundo, por hacer las preguntas difíciles. Lo seguiremos haciendo; tanto al nuevo gobierno, como al sector privado y a quienes tengan poder para cambiar las cosas en el país. Trabajaremos tendiendo puentes y proponiendo soluciones. Buscaremos las respuestas con tenacidad.
Seis años, sin excusas.
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